viernes, 3 de septiembre de 2010

A una Mujer by Victor Hugo

Niña!, si yo fuera rey daría mi reino,
mi trono, mi cetro y mi pueblo arrodillado,
mi corona de oro, mis piscinas de pórfido,
y mis flotas, para las que no bastaría el mar,
por una mirada tuya.
Si yo fuera Dios, la tierra y las olas,
los ángeles, los demonios sujetos a mi ley.
Y el profundo caos de profunda entraña,
la eternidad, el espacio, los cielos, los mundos
¡daría por un beso tuyo!

By Khalil Gibran

Poeta, la noche se acerca; tus cabellos blanquean.
Durante tus ensueños solitarios, ¿oyes el mensaje del más acá?
Es de noche, dijo el poeta, y escucho: tal vez alguien está llamando desde el pueblo, aunque ya es tarde.
Estoy velando: dos enamorados se buscan. ¿Les guiará su corazón? Los corazones errantes de dos jóvenes amantes se encontrarán; sus ojos ardientes suplican una armonía de amor que rompa el silencio y hable por ellos.
¿Quién tejerá sus cantos apasionados si yo me siento en la playa de la vida, contemplando la muerte y el más allá?
Desaparece la primera estrella de la noche.
El resplandor de una pira funeraria se extingue lentamente junto al río silencioso.
Desde el patio de la casa desierta, y a la luz de la luna pálida, se oye el coro de los chacales.
Si algún viajero, vagando lejos de su casa, viene hasta aquí a contemplarla noche y a escuchar, con la cabeza inclinada, el canto de las tinieblas, ¿quién se acercará a murmurarle los secretos de la vida si, cerrando mi puerta, me libero de todas mis obligaciones mortales?
No importa que mis cabellos empiecen a blanquear.
Siempre seré tan joven y tan viejo como el más joven y el más viejo del pueblo.
Unos sonríen simple y dulcemente, otros tienen un brillo malicioso en la mirada.
Éstos lloran abiertamente a la luz del sol, aquéllos esconden sus lágrimas en las tinieblas.
Todos me necesitan, y yo no tengo tiempo para meditar sobre la vida futura.
Tengo la edad de todos. ¿Qué importa si mis cabellos blanquean?